Todavía nos falta mucho para consolidar e interrelacionar los mapas de nuestros terri-torios en el espacio “extra-terreno” donde transitan miles de satélites; en el espacio por donde transitan las señales comunicacionales y en el espacio mental donde transitan los productos ideológicos de las industrias culturales. América Latina no es nueva ni es indemne ante los medios —y los modos— de producción de los monopolios trasnacio-nales de la comunicación y de la información. Un paquete complejo, con resultados muy contradictorios, tiene una agenda pendiente en las tareas de integración de nuestros pueblos y es necesario un programa político muy enérgico para suscitar una verdadera revolución que garantice, por fin, la demanda histórica del Informe McBride: Un nuevo orden mundial de la información y de la comunicación.
We still have a lot to consolidate and interrelate the maps of our territories in the “extra-ground” space where transit thousands of satellites; the space along which the communication signals circulate; the mental space that ideological products of cultural industries pass through. Latin America is not new nor is harmless to the means —and modes— of production of transnational monopolies of communication and informa-tion. A complex package, with very mixed results, has a pending agenda in the tasks of integration of our peoples and requires a very strong political program to bring about a revolution to ensure, finally, the historical demand of the Report McBride: A new order global information and communication.